Saturday, December 24, 2005

Feliz Navidad, Feliz Navidad, Feliz Navidad, próspero año y felicidad!


Voy a dármelas de trilladora un rato (eso significa que voy a repetir lo que todo el mundo siempre dice, y que en el fondo es súper cursi porque la mayoría sólo lo dice de la boca para afuera...)

Estas fechas nos pillan a muchos entre la batahola de comprar regalos, escribir tarjetas, hacer cosas a la rápida, correr por Santiago, que pocas veces en el año está tan colapsado. Todos colapsan. Está de moda chocar. Se considera normal echar focas en el auto, andar con una cara de tres metros recorriendo multitiendas, donde los trabajadores están chatos y atienden pésimo, y uno pide las cosas de mala gana.

Además son fechas sensibles, para muchos. Algunos nos tenemos que dividir entre dos casas, otros intenta jugar el juego de los cinismos terribles, de poner cara de póker con las personas de la familia que odian... Protocolo, estrés, colapso. Lo que sea, no sé qué es peor, si quejarse de lo que a uno le tocó vivir, que milagrosamente resurge en cada navidad, o vivir un 24 como un día cualquiera e intentar no afectarse por las cosas que -todos sabemos- nos ponen especialmente sensibles.

Sólo pido que recordemos que en cada lugar del mundo hay una historia más terrible, y no por ello menos perfecta. En cada rincón de Chile hay personas que en su tímido corazoncito tienen algo terrible que contar -que estas fechas les recuerdan al familiar fallecido, que no están cerca de sus seres queridos, o incluso, que no hay plata para celebrar como Dios manda-. Yo creo que antes que todo Dios nos manda a que seamos felices desde la sencillez del cariño, Dios nos manda a sonreír, pero de veritas, con el corazón en la mano.
Dios nos manda a sonrojarnos,
a emocionarnos,
a llorar si es necesario,
pero con la tranquilidad interna de que todo es perfectamente hermoso,
de que incluso aquel ser querido que extrañamos permite el ingrediente perfecto para sonreír entre las lágrimas, mirarse a los ojos, y decir "Feliz Navidad".
Porque todos tenemos algo que agradecer,
porque todos tenemos un regalo que estuvo incluso antes de que vinieramos al mundo,
porque nosotros mismos somos un regalo
para quien nos acompaña,
para quien nos extraña,
para el que ya no está...

Porque la Navidad es esperanza, es Viejito Pascuero, son lágrimas de adultez, de sincero agradecimiento, porque uno agradece incluso aquello que falta.
Anoche el Viejito Pascuero me vino a visitar y me dijo un secreto: me dijo que a veces pecábamos de malagradecidos, que en estas fechas muchas veces nos perdemos en la máxima idealización de la navidad y de que todo tiene que ser perfecto y cuando nos damos cuenta de que no lo es, nos sentimos vacíos, frustrados, y nos da pena.
Como niños, alegamos porque no nos dieron el regalo que pedimos.
Pero resulta, me contó el Viejito, que es en ese mismo momento en que aparece a hurtadillas en la casa, y deja una semillita de perfecta simplicidad, de amor y verdad.
Pero estamos tan ocupados preocupándonos de tantas cosas, de objetos sin sustento, de caras y sonrisas que nos parecen a veces absurdas, que nunca hemos sido capaces de verlo.

Así que, como me encomendó el Viejito, les propongo que hagamos un trato: compartamos este 24 con nuestros seres queridos, sonríamos con sinceridad, abracémonos, lloremos si hay que hacerlo, hablemos lo justo y necesario, y dejemos que los silencios subsistan por sí solos.
Y estemos atentos... Les apuesto cualquier cosa a que vemos al Viejito! Así al fin lo podremos acorralar, y ya no habrá más misterioso Viejito, hasta ahora tan misterioso que hemos dejado de creer en él.

No creer en el Viejito es a veces el camino más fácil. Pero si estamos atentos al instante presente, a lo mejor podamos ver un poco más...
Bueno, propongo además, que antes de la 12 de la noche, hagamos todos un salu!, por todo el tiempo que hemos malgastando siendo demasiado humanos, demasiado adultos...
A veces es mejor ser simplemente humanos. El adjetivo demasiado no acompaña la Navidad.
La Navidad es sencillez. Es perfecta realidad. Es imperfección misma. Es humanidad. Y por eso mismo, la Navidad es esperanza...
Por lo menos, eso fue lo que me dijo el eternamente misterioso Viejito

Muy feliz Navidad a todos!!
Y recuerden que un abrazo vale más que todas estas palabras malgastadas aquí...

2 comments:

Anonymous said...

Hola Tere shalaila!
qué agradable leer algo tuyo. Eres la primera persona que logra que añada su blog a mis favoritos. Es entretenido saber de tí y lo que piensas... aunque me gustaría haber leído esas 80 páginas...
Es agradable encontrar gente como tú en la vida... y en estos espacios cibernéticos, medios frenéticos y extraños y repletos de blogs que son una lata.
ya he hablado mucho. lo demás cuando nos juntemos
besos

Anonymous said...

Tere:
Felices fiestas!!!!
Entre el frenesí de la compra de los regalos (que no viví, por suerte el consumismo no logró peramearme) y de estos días que hay que hacer mucho y no se hace nada (extraña paradoja), siempre hay que dejar ese espacio necesario para respirar y decir (con cara de desorientad@): Ok, ¿qué era lo que iba a hacer yo ahora?
Parece que se está acabando el año (o ya se acabo?) y hay que hacer los balances pertinentes, cuando actuamos bien o correctamente (depende del punto de vista con que se mire) y cuando definitivamente actuamos mal.
Hay que agradecer lo positivo y lo negativo tambien, total eso que pareció ser una tortura injustificada para la pobre existencia de un@, tal vez dio una lección importante para como vivir mejor.
En fin, se acabo el tiempo, queda una semana y será un nuevo año, con nuevas estupideces por cometer y otras tantas experiencias que disfrutar (o por lo menos esperemso que así sea, sino este año sería una gran basura).
Besos y Abrazos,
Se despide desde el patio existencial de su casa,
Un Pastel que se asemeja a un Panda,
PD: Hace tiempo existió alguien que fabricaba cintas para atar el tiempo, pero desgraciadamente desapareció y con él la técnica para hacerlo. Tal vez lo que quede sea guardar bien los recuerdos en el corazón y dejar que el tiempo pase y nos siga dando momentos para ser recoraddos con cariño...
PD2: La inocencia y sencillez no se pierden al convertirse en adultos, es la propia persona que opta por desecharlas...