Sunday, September 08, 2013

Cala adentro


No había por qué esforzarse siempre por sentir lo incorrecto
pelear hasta el final por lo que uno creía
dejar de callarse las confesiones nocturnas
esas que nunca debí decir

No había por qué besarse las manos
mirarse a los ojos sonrientes
tú con el whisky, yo con el pisco,
y la sensación del mundo a cuestas

No teníamos por qué bailar juntos
esa noche como tantas
arrancarnos la ropa tras la puerta de la cocina
respirar ansiosos el olor de nuestra piel

No había por qué correr a tu puerta en la madrugada
escuchando una canción simple
sintiendo que dejaba la vida en tu búsqueda
en una nerviosa confesión de motel

No había por qué reírse, mirarse, jugar a sentir
Tocar los pies a medianoche
abrazarnos sin parar mientras dormimos
quedarse almorzar

No había por qué agregar problemas a la ausencia
inventar mil formas de tu rostro en mi ventana
obligarse en París al gusto amargo de una espera
enceguecer alrededores para buscar siempre tu recuerdo adentro

Cala adentro tu frase en mi memoria,
y me rasga las vestiduras cuando trato de seguir viviendo aquí
como cala amarilla dentro de un masetero en el velador
que es mi cuerpo en tus ojos irónicos y amantes

Cala y me rompes en dos
las ganas de cruzar la línea
y ponerme a gritar
de morderte la lengua
de sacarte un pedazo
y engullirte en mi tibieza
infinito
en mi sangre
en mi cuerpo
en mi explosión de ti