Friday, October 22, 2010

Noche de fantasmas


Hoy me daré el lujo de no escribir, sino simplemente citar.

Citar los versos incomparables de un excelente cantautor chileno que, por qué no decirlo, describe en palabras perfectas los innombrables estados del alma.

Por este intento de mujer, que esta noche te piensa.

Porque mientras tú tocas en este instante tus últimas canciones y sueños
yo soy demasiado cobarde como para pedirle a él que me venga a buscar...
Porque pienso demasiado en ti ahora,
y tú estás demasiado lejos como para enterarte
y yo demasiado herida para recordarte
y él demasiado paciente para odiarme...

Todo es triste
esta noche, con tu ausencia en mi vientre
y las palabras que ya no tengo
para decirte que, de un modo incomprensible y loco,
fuera de este mundo y lejos del que alguna vez construimos juntos,
con las mejillas lagrimosas y mis ganas de odiarte,
extrañamente,
locamente,
y a pesar de mi misma,
sigues habitando mi memoria
como un fantasma irrenunciable...

Ese mismo que no permite estar con él por esta noche.

Ahora lo que me convoca esta noche: gracias O.L. por las palabras y acordes precisos,
que vienen a llenar de intensa mis silencios esta noche
incluso después de algún tiempo sin escucharte...

Citaré en dos parte. Como mi cuerpo, que esta noche esta dividido en dos.

[1:A TI]

"No es cierto que te irás, al menos no por hoy,
al menos mientras esto siga desviándome hacia ti,
al menos mientras siga siendo calle a media noche,
árbol arrancado de raíz...

¡¿Qué es esta red que enreda mi mañana,
qué es esta pegajosa realidad agujereada al límite de lo posible?!
¿Será que se cerró, será que se cerró y que ya no puedo irme?

Acércate, vereda a pleno sol, mujer desnuda y sola,
tratando de partir hacia donde mis manos no te alcancen,
hacia donde mi voz es como una ventana sin abrir...

¡Qué sola está mi voz en medio de la noche, en esta red que no puedo formar!
¡Que lejos y qué largos se me hacen los días!
Eres como una flecha, eres como una huella en esta piel vacía...

No es cierto que te irás, al menos mientras siga yo clavado aquí,
no es cierto que te irás, mientras no te hayas ido...

¡¿Y cuántos más millones de palabras pueden hacer intento de buscar
una ruta de vuelta hasta donde no hay ruido?!

No es cierto que te irás,
no es cierto que te irás mientras no te hayas ido..."

(Oscar Lazo, "No es cierto que te irás")


[2: A ÉL]

"Ella quisiera decirle que sí, que por fin en su búsqueda el tren se ha detenido en él,
Él no la quiere seguir, no quiere marchitar su silencio de marfil con su oscuridad,
Y la sirena del metro apresura el final
Ella decide salir, Él lucha por entrar,
y el tren les cierra la puerta y la mañana muerta no va a terminar,
al menos por ahora.

¡Y así pasan las estaciones y las horas,
Ella da cuerda al reloj, mientras Él se enamora!

Dos veces más el invierno pasó, y el sueño despedazado persigue aún el metro,
tal vez se van a encontrar, y quién podría aceptar que aquello fue el final,
y mientras pasan las horas se asoma por el balcón de su nueva nostalgia
se tira sobre la cama y da cuerda a su reloj...

Yo sólo sé que no es la agonía lo que cubre esta distancia
La lluvia sólo da alas al hacer estatuas de tú y yo,
dándole cuerda a relojes de la infancia...

Y Ella da cuerda al reloj mientras Él se enamora"

(Oscar Lazo, "Instrucciones para dar cuerda a un reloj")

Nada más que decir. Un lujo haber conocido a un gran músico como él.
Un regalo que esta música me acompañe tantos momentos oscuros de palabra y dolor.

Wednesday, October 13, 2010

F.á.c.i.l.

Todo es fácil.
Fácil el modo en que me enseñaste a odiarte. Fácil el modo en que te pude perdonar.
Fácil el camino que me llevó a otros nombres. Fácil la distancia que se nos instaló en medio.

Fácil mi cuerpo desnudado ante tu ausencia.
Fácil mis ganas de arrancarte la cabeza.
Fácil esa noche que pasé lejos de ti. Fácil cuando en estallido te nombré.

Todo es fácil.
Fácil la pastillita milagrosa para olvidar.
Fácil, por mis ganas de matar.
Fácil con el silencio a cuestas y el invierno que tan pronto no acabó.

Fácil porque me pediste que me fuera. Fácil porque te dejé partir.
Fácil porque de pronto han aparecido nuevos sueños mientras fumo mi cigarrito nocturno. Ese que nunca me perdonaste.
Fácil porque han habido quienes supieron matarte primero.
Fácil porque no pude más.

Fácil porque elegí vivir.
Fácil, porque después de todo, fuiste tú el que eligió matar.


"Decidieron compartir melancolías, soledades y fantasmas a la par,
miedos locos, tristezas y alegrías, y juraron no engañarse nunca más.
Decidieron vadear el ancho muro que separa la mentira y el perdón,
y revolcarse en el olvido hasta borrar las heridas de una espina envuelta en flor...

Es mejor caminar, que parar y ponerse a temblar,
Es mejor caminar, que parar y ponerse a temblar..."

(Revolver)

"Desperté y el silencio supo a ti
y al abrir la ventana supe más,
supe que la mañana se podía recortar
para enviarla en un sobre a donde sueles despertar...
¡Qué maneras extrañas tengo para recordar!

Desperté y respirando comprendí
que detrás de un milagro vienes tú
hace tantos inviernos que no puedo rescatar
al adiós que en el tiempo nos partió por la mitad
tú del brazo del viento y yo mirándote volar.

Qué maravilla es poder sentirte aunque no estás,
siempre supe que en el viento te podías quedar,
qué maravilla es poder sentirte aunque no estás,
siempre supe que en viento te podías quedar...

Las historias hermosas son así
nos promten de lejos ser verdad,
le pedimos al tiempo que les traiga por acá
y al final en un sueño suelen ser casualidad
a la vuelta del corazón volvemos a empezar.

Como nube la dicha nos llovió
sin saber hasta dónde caminar
Y a tu mundo pequeño le inventaba una canción
delicada y perfecta como alma de caracol,
tú dormiste y la luz después del día nos llevó...

Qué maravilla es poder sentirte aunque no estás,
siempre supe que en el viento te podrías quedar,
qué maravilla es poder sentirte aunque no estás,
siempre supe que en el viento te podías quedar..."

(A. Filio)

Wednesday, October 06, 2010

Mírame bien


Mírame bien.

Detrás del tímido maquillaje de ojos, detrás de la sonrisa traviesa y las ganas de vivirlo todo rápido, detrás de las palabras que se me atropellan cuando he de mirarte, hay mucha historia que se me atraganta cuando se trata de sentir.

No soy la mujer-retrato, la que sonríe demasiado y piensa que todo está bajo control. No soy la mujer-presente, que puede colmarte el día de aventuras nimias sin hacerse cargo del recuerdo póstumo. No soy la virginal transeúnte que se enamora con cada promesa nueva al viento y se entrega por un poco de locura apasionada, por las ganas que tengo de que me desates el botón.

No soy la mujer-dispuesta.

Porque vengo de un pasado que me ha enterrado muchas veces las ganas de existir. Vengo de lugares inóspitos donde me han enseñado que soñar es la locura menos honesta a la se puede jugar.
Vengo de un lugar donde las palabras muchas veces no me dejan dormir, porque se me acumulan en los ojos las ganas de gritarle al mundo que estoy sola. Vengo del lugar donde el peso en mi bolsillo me ha llevado tantas veces al fondo del mar, tantas veces.

Vengo del lugar donde me enseñaron a mentir. Vengo del lugar donde las promesas fueron vanas, los sueños absurdos, y todo de pronto se volvió desechable, a pesar incluso de mi otrora incansable lucha.

Soy, en cambio, la mujer-rota. La mujer-papel. La que se cansa de volver a empezar. La que teme profundamente volver a ser desenmascarada. La que tiembla con tu cuerpo, más allá de su calor. Porque estás lleno de espinas. Y porque mi cuerpo está rasgado con los hombres que antes lo han habitado. Porque han zurcado en mi nombre las letras con tanta inconsistencia. Porque me vuelvo transparente en tus ojos, y se me colman en los pies bailables las ganas de arrancar. Porque tantas veces me ahogo de mis propios recuerdos, de mis propias decepciones.

Soy la mujer-coraza. La mujer-tortuga. La mujer-máscara.

La que se arropa con sus intentos de sanar. La que se enfría con cada vez que tus manos en mi piel nos traen el deseo de llorar. La que está a punto de quebrarse en tus pupilas, para mostrarte que tampoco serás capaz de sostenerme el alma. Para demostrarle al mundo que todo está un poco muerto. Para contarle a mi padre que esa noche no lo perdoné.

La que, muy a pesar de sí misma, hoy vuelve a sentir.

Y eso la vuelve a llenar de ataduras y metáforas. Como una sana forma de volverse menos real. Como el modo que he encontrado de hacer que todo parezca como extraído de una buena película incomprensible, esa que transmitieran en el Biógrafo un miércoles en la tarde.
Para arrebatarte en los ojos la ganas que despiertas de herirme otra vez.

Monday, October 04, 2010

Como la lluvia, caerás!


Siento cómo poco a poco se me agotan los sueños de ti. Cómo poco a poco me canso de pensarte, de buscarte entre mi silencio, de defenderte de mi entrega y dolores profundos que te odian sin parar. Cómo sin saber cuándo ni dónde, de pronto dejaste de ser el hombre que tanto esperé.

Quizás sea por mis ganas arrebatadas de ser libre otra vez. O por la culpa que nunca me ha permitido pensar en dos hombres a la vez. Quizás porque la espera ya rodea casi la locura, o simplemente porque llegó el punto de dejar caer. Dejar caer las cosas por su propio peso, dejar caer los sueños que me ataban a ti, dejar caer recuerdos, palabras, silencios y entredichos que nunca acabé de comprender.

Dejar caer el silencio que se inunda en tus promesas antiguas.
Dejar caer de pronto la imagen de aquel hombre que siempre quise que fueras.

Momento de cierres, de despedidas. Sorpresas turbias bajo el mantel de mi noche. Camisas oscuras que reclaman tu muerte. Un adiós entre dientes que nunca supe pronunciar al tiempo.
Al tiempo en que nos devoraron las almas. Al tiempo en que se acabaron los minutos, donde de pronto todo lo nuestro apareció como en un libro de microcuentos tirado en las afueras de un metro antiguo del Gran Santiago.

Ese Santiago melancólico y cabizbajo. Ese Santiago bohemio lleno de alcohol y pasiones arrebatadas. Ese Santiago meditabundo que aún habitas en las calles húmedas de rocío nocturno.
Derrámate en mi el tiempo que aún te quede para habitarme el cuerpo. Inúndame el alma de esa dulzura helada que me colma el tiempo y mis deseos de ti, que ya sabré abrigarme el alma y arropar mi llanto cuando ya no quede espacio para guarecerme en ti.

Porque cuando acabe el invierno, cuando la noche deje de ser tuya entera de misterios, cuando el silencio de pronto se colme de nuevas canciones y la lluvia sea dulce y transparente otra vez, dejarás pronto de habitar mi alma. Caerás entre las mil promesas vacías, y las infinitas mujeres de mí que nunca llegaste a conocer.
Que por este esqueleto de mi historia, sabrás perderte entre las venas de un pasado roído por el aire de mi voz. Sabrás morir entre los papeles rugosos que por fin serán llevados al vertedero de mi epitafio. Y serás de piedra, de aire transparente que se pierde en un suspiro y es devuelto tibio, masticado por un beso, que daré al hombre que haya decidido acompañarme, a pesar de mi misma y de esta historia que aún te recuerda. Aquel que decida en fin esperarme a pesar de ser todo lo imperfecta que siempre me recordaste que era, que decida desnudarme, a pesar de mis miedos y pasiones ocultas, y que me vuelva real, de nuevo, entre tanta lágrima...

Sabrás caer por tu propio peso. Que fue el peso que quise sostener de ti cuando te tome del brazo y decidí amarte como nadie. El peso que aquella vez te impidió cerrar los ojos, cuando entre gritos te pedí que me besaras. El peso que elegiste de ti mismo, esa noche en que elegiste perderme con la niebla, en vez de soñar el vértigo que yo me aprendí de memoria desde el día en que te ví matarme por primera vez.

Cuando ya no queden lágrimas para este final, sabrás amor, caer para siempre, infinito en tu humedad dispersa, donde a pesar de mi cuerpo frío y mis baúles de recuerdos, te veré deshacerte a mi alrededor con un nuevo misterio entre los dientes, esos que de golpe dejaron de sonreír en ti.

...................
"Cuentan que cuando un silencio aparecía entre dos
era que pasaba un ángel que les robaba la voz
Y hubo tal silencio el día que nos tocaba olvidar
que de tal suerte yo todavía no terminé de callar...

Todo empezó en la sorpresa, en un encuentro casual,
pero la noche es traviesa cuando se teje el azar
Sin querer se hace una ofrenda que pacta con el dolor,
y pasa un ángel, se hace leyenda, y se convierte en amor.

Ahora comprendo cuál era el ángel que entre nosotros pasó,
era el más temible, el implacable, el más feroz!
Ahora comprendo en total este silencio mortal:
ángel que pasa, besa y te abraza,
ángel para un final..."

(Silvio Rodríguez)