Saturday, November 22, 2008

Mi neurosis


No soy la mujer perfecta. Eso ya lo he dicho un millón de veces y más. Es como mi tarjetita de invitación a: "sí, pase, adelante, sírvase una copita de vino... pero no piense en mi como la mujer perfecta".

No lo soy. Estoy llena de amarras cuando se trata de enamorar.
Soy un cero a la izquierda cuando me piden que piense en estrategias para conquistar,
y no soy buena relacionándome con la incertidumbre del deseo.
Me invento mil teorías para seguir creyendo que me quieres
a pesar de que no lo digas ni con el pulgar izquierdo de tu ombligo.
Ni me llames en un tiempo considerable para preguntarme cómo estoy ni qué estoy haciendo.
Sigo pensando en cosas que no existen, en sueños que se me inventan en seño fruncido de tu voz cuando me habla, y juego a que tengo el control, aún cuando hace rato lo perdí en una rifa del colegio.

Y mi pelo se eriza cada vez que tengo más ideas que decisiones
y la mañana se eternifica porque el carrete estuvo demasiado bueno como para querer despertar...

No soy la mujer perfecta. Ni tampoco, quizás, una mujer adecuada.
No soy la mujer correcta, ni la que andabas buscando. Soy sólo un armatroste de historias condensadas en palabras que, o se las lleva el viento, o se graban en este blog.
Y el resto de mi son sólo los saludos incómodos de pasillo y las llamadas indiscretas a tu celular que me van quedando entre los espacios de realidad que puedo regalarte de mi.

Pero al menos tengo una cosa que decir. Que es más que todo lo que podría pedirte a ti en la vida.
Puedo ser silente cada vez que me hablas, puedo tener pocas cosas que contar cuando me llamas, puedo ser una mujer perdida entre las letras de una canción que aún no acabo de inventar, pero al menos me queda una cosa que decir.

Que a pesar de mi lucha constante por huir de todo lo que me ata,
a pesar de mis eternas contradicciones cuando pienso en ti,
a pesar de una historia larga de ilusiones y fracasos antes de que aparecieras tú,
a pesar de ser lo menos parecido a la mujer que estabas esperando
puedo quererte aún un poquito más...

Puedo seguir creyendo que es de mi que depende que las cosas resulten,
a pesar de que no te canses de mostrarme que eres tú el que no quiere.
Es la condena que mis padres firmaron antes de que yo siquiera pudiera hablar.
Y es la loca noción de que todo es posible, cuando uno quiere, y que las cosas incontrolables se pueden controlar desde las ganas de quererlo todo rápido y para siempre.
Y que las coincidencias de la vida que nos traen a encontrarnos en medio de las calles llenas de tacos y gente, son la contingencia de algo que está en nosotros poder construir.

Puedo ser todo lo ridícula que quieras. Puedo jugar conmigo misma hasta sus últimas consecuencias, sólo para reírme mañana de lo estúpida que fui contigo.
Puedo ser la piedra en el zapato que menos usas en la semana. Y recordarte de tanto en tanto que no estoy para "wevaditas-light".

Soy la menos indicada para relaciones estables y duraderas, porque en un segundo puedo vomitarte el mundo de mis dudas y certezas que no caben ni en la mochila más ancha de un escolar estrella. E invitarte a pasar en mi vida, con todas las advertencias, que son las que más miedo te dan. Pero si vienes, si me invitas, si siquiera me contestas en silencio que "puede ser", entonces mejor huye antes de ver como esta mujer ausente y volátil se transforma en un tren con dirección enternecida al amor eterno.

Si te atreves, sólo cállate. Soy yo la que hará todo lo demás.
Es mi neurosis. Bienvenido al mundo de Amanda. Y sus contradicciones eternas. Que pueden resultar amenas, si se aprenden a querer.

Hasta luego. Me voy a seguir viviendo con mi neurosis, en la buena-onda, porque de a poco la estoy queriendo un poco más. ¡Salud!

Thursday, November 13, 2008

Mi nuevo placer culpable


Debo hacer una confesión: tengo un nuevo pasatiempos.
Me encanta hacer rabiar a mi nueva amiguita de Danza. ¡Es que es tan opus-lais!

Me gusta hablarle de política, de cómo es el mundo allá afuera (que yo tampoco conozco tan bien), de que es necesarios que nos paremos a pensar un poco.
Me gusta hablarle de comunismo,
de la sociedad de consumo
de la validez de las neo-sexualidades emergentes

De las minifaldas, del divorcio con separación de bienes,
de nuestro rol como agentes de cambio
de los bares de mala muerte que sirven buena cerveza
De Silvio Rodríguez
y el espíritu de revolución

De que me agarré un mino
de que tengo que hacer un trabajo de la cárcel
¡y que es tan rico comerse un completo de vez en cuando!

Me encanta sentir que implícitamente la provoco
por no decir "hot-dog" ni preocuparme de las calorías
por no escuchar música gringa envasada
ni ver series gringas en el sony

Por haber estado en un colegio cuico que se las da de irreverente
y oveja negra del sector oriente (¿alquien ha escuchado sobre los drogadictos de la Alianza?)
Por decirle que no creo en el Dios-católico y menos en los papis de la Iglesia Opus Dei
pero en la buena-onda-tolerante, siempre.
Por decirle que fui a los 100 años de Allende "porque me gustaban los grupos que tocaban"
Por decirle que me visto de hippie porque aún creo en el poder de los estudiantes descontentos

Siempre en la buena-onda-tolerante...

Me encanta sentir que implícitamente la provoco
con un toque perversamente ingenuo
y desde mi -también- micromundo
contrasto el suyo con todas las contradicciones que nunca antes se había atrevido a ver

Lo sé. Y no me enorgullezco. Hay algo de muy tonto en todo esto.
Algo de mesiánico que ni yo me compro.

Pero ella es una niña. Bastante más parecida a mi de lo que quisiera.
¡Y nos queda aún tanto que aprender a las dos...!
...de cada una...

Como cuando me miró consternada y preguntó: ¡¿Y tus papás no viven juntos?!
Y cuando después me agarró del brazo y me dijo:
"Pucha, yo no te puedo convencer de la fe católica... Pero bueno, ojalá algún día te llegue la iluminación divina, por que es tan necesaria..."
Creo que tenemos aún mucho que aprender, incluso de este tipo de juegos rídiculos propios de una anarquista con alma pelolais.
Y quizás en mi placer perverso hay algo de búsqueda también.
Como en todo lo que hago.

¡Qué creativo se pone uno cuando de nuevo se frustra el amor idílico de los 15!
¿O no?

Punto aparte: ¡¡Tengo que escribir esto que me acaba de pasar en alguna parte!!
(Las palabras hablan por sí solas. No emitiré comentarios. Sólo muchas risas de perplejidad.)
¿Aló? ¿Aló? Va textual...

Nizar dice:
"When I first saw you, I said you will be mine... Do you believe that untill now... I have never had this feeling with another girl... Like the one I had when I danced with you in the Seven Heaven... "

Nizar dice:
"Too bad... For me and for you..."

Nizar dice:
"Bonne nuit, ma belle chilienne"

PD: ¡Hay gente muy loca en este mundo!

Thursday, November 06, 2008

Besos.de.papel


Hoy escribo no porque quiera, sino porque debo. Porque es lo que recomiendan los doctores. Que es mejor que estar marcando los números de tu nombre en mi celular.

Así que no aseguro calidad en las palabras que vienen ahora. Sólo breve espacio de misterios acostumbrados y desacostumbrados. Que es lo mismo que hablar de nosotros dos.
Esto es un grito al viento de lugares comunes que nos vuelven a encontrar. Pero no basta.
Baste sólo tu recuerdo en el desvelo.
Baste sólo tu ombligo en mi ombligo
y mis ganas de nombrarte en la mitad de un beso.

Basten sólo tus manos en mis manos.
Baste sólo mi teléfono repicando
y lo que queda de un silencio partido en dos.

Tu futilidad transeúnte no me basta.
Baste sólo tu forma de mirarme cuando estamos solos.
Baste tu cuerpo enajenado que no acaba de gastarse
y mis ganas de seguir hablando del futuro.

No te acerques. No me culpes. No estoy loca.
No me mires. No me obligues. No me mates.
No devuelvas los pedazos de condena que me iban quedando
justo antes de conocerte a ti.

Que romperé yo antes que nadie
el misterio de un nosotros desteñido
Cuando acabemos de entender
que no somos ni tú ni yo los culpables
de que esta sea una nueva historia de papeles blancos,
y estrategias cansadas en mis ojos
fruncidos de mirar el mundo desde atrás.

"En esta inmensidad a la que llaman tiempo
en esta inmensidad donde vamos viviendo
te encontré frente a frente,
y no, todavía no entiendo...
¡Cómo fue tanto tiempo sin poderte tocar!
¡Cómo fue tanto tiempo sin poderte tocar!

¡Cómo fue tanto tiempo sin poderte tocar!"

(A. Filio)