Esa que nació con plazas y juegos de tablero en los veranos familiares de playa,
y se fue poco a poco perdiendo entre las teclas de un computador.
Esa que creció creyendo que la vida era más fácil,
y hoy, en juventud, se encuentra con que internet no siempre tiene las respuestas que dice tener.
La generación que vio el vaciado camino entre la plaza de juegos y el mall.
Somos la generación perdida.
Esa que aún no acaba de convercerse de que así es mejor el mundo,
con tecnocracias burdas y políticos que sólo piensan en PIB.
Esa que no tiene pelos en la lengua para quedarse callada cuando hablan del golpe
o la pobreza,
o los ojos cansados del poeta desconocido que murió.
Esa misma que se debate entre las exigencias burocráticas de una sociedad de consumo,
y lo que todos dicen que significa "ser joven".
¿Dónde se nos quedaron los carretes para hablar de la tristeza del mundo y el futuro de Chile?
¿Dónde se nos quedaron las tardes de guitarra trovera con sueños hippies de "paz y amor"?
¿Dónde se nos quedó el sexo libre, el amor de puerto, el ponceo con sentido, las ganas de viajar?
¿Las protestas, la vida de barrio, las calles con hambre y sueños, la lucha absurda por seguir soñando?
¿Dónde se nos quedaron todo eso que los viejos dicen que los jóvenes hacemos?
Somos la generación perdida.
La generación entre cuatro paredes, entre libros universitarios que hablan de verdades inofensivas y alcances políticamente correctos para nuestros pensamientos post-modernistas.
La generación "comme il faut"
que se le olvida de tanto en tanto todo lo que le queda por vivir.
La generación del conformismo, del aquí y ahora, del "no importa, si contribuye al desarrollo de la economía nacional"...
La generación desenfadada del vino en botella, y las conversaciones de "cómo has estado, oye".
Es más fácil así.
Decir en un blog que somos la generación perdida,
y seguir con nuestras vidas perdidas entre ceja y ceja, no demasiado adentro con tal que no duela.
Porque hay tanto que leer, y estudiar, y trabajar, y ganar plata... ¡Que es mejor que no pensemos demasiado, no sea que se nos vaya el tren!
Aunque hay aquí una paradoja que pretende despertar aunque sea un pensamiento genuino entre tanta perdición: No podemos ser la generaciójn perdida, si no hubiese en nosotros la posibilidad de encontrar...
Quizás sea el tiempo.
Quizás eso de todo lo que estoy hablando.
Como dijo una gran colega: "tiempo, tiempo, tiempo... ¡Por favor!"
1 comment:
aun me cuesta relacionarte con el nombre "amanda" de tus post en mi blog xD
somos la generación perdida... el problema es que no se si estamos dispuestos a encontrar...
es mas fácil saludar por msn a un amigo de cumple que darse el tiempo pa ir... es mas fácil ir al mall el fds con la familia que sentarse a comer en la casa y hablar de cómo está cada uno... muchas veces casi no tenemos tema...
le agradezco a mi familia el estar haciendo aun el gran esfuerzo de cancelar todo los sábado pa tener un almuerzo familiar sin pc, tele, mall, nada! sólo juntarse a hablar...
espero poder verte cuando vaya la próxima vez
que debido a mi relación con don Nicolás, dudo que sea muy lejana.
besos prima
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