Wednesday, November 15, 2006

Recetario para el desamor

Ingredientes básicos:
Azúcar y endulzante (también pueden usarse sonrisas cínicas como aderezo), leche entera y en polvo, un par de lágrimas (nada muy dramático), un kilo de saludos incómodos de pasillo, y una pizca de confusión...

Se hallaban los dos amantes sentados sobre el pasto, hendidas sus manos en la tierra húmeda, y los ojos clavados en sus párpados entrecruzados. De pronto él dijo:

"Sabes, eres dulce, pero no tienes el dulzor del dulce de caramelo. Eres más áspera a veces, eres más grande, pastosa... Eres como el chocolate Trencito. Tu dulzor se derrite en la boca, y se cuela por los distintos espacios dentales hasta llenarlo todo con su pasta café oscura con sabor a leche desesperada. No como el dulce de caramelo. El dulce de caramelo es pequeño, y deja apenas un gustito en la boca a dulzura misteriosa y fugitiva."

"Sí, es cierto, quizás soy el chocolate Trencito, porque soy intensa, porque soy como el azúcar, porque recorro delirante cada espacio de una boca para calmarlo y endulzarlo. Pero tú quieres dulce de caramelo, aquel cobarde dulce pequeño que te deja sólo un suave hálito de azúcar en el paladar. Y yo soy chocolate Trencito."

¡Pero qué más da, si al final el cliente siempre tiene la razón!

Los dos amantes se besaron, como queriendo urgar entre sus bocas para encontrar ese dulzor de chocolate acaramelado que a ambos pretendía deleitar. Desesperados, entrelazaron sus manos, sus bocas cobardes, sus labios delirantes.
Y de pronto ya no hubo más. Se miraron a los ojos como atestiguando el crimen.
Separaron sus manos, sus bocas jamás se volvieron a encontrar.

No hay dulzura, ya no queda en el mercado. Sólo bocas transeúntes y cobardes besos en la frente.
Repito: el paciente y el cliente siempre tienen la razón.

"Bueno, tienes razón, algo hemos cambiado,
tú te cambiaste de tinte,
yo cada día miento p
eor"
(I. Serrano)


1 comment:

entrelineas said...

Excelente post!

por un momento, mientras leia, crei que iba a terminar diciendo que finalmente engendraron un hijo "Trencito no se que cosa", uno de esos chocolates, que tiene pedazitos de caramelo; y son ricos!!!!! dulces, suaves, pero pegajosos a cagar!

Excelente relato.