Saturday, September 30, 2006

Ayudantía de evolutiva

Jóvenes y Hermosos

La lluvia suspendida en los neones araña mis pulmones
y el barniz rojo metalizado del coche que te ve salir del metro de Callao,
envuelta en una nube de cenizas y Tresor,
cansada como el humo de mi boca,
como el día en que dijiste adiós.

Rubia, ¿qué haces aquí? esto está lejos de tu barrio.

Y el dulce bisturí de la memoria,
el viejo tacto de tu mejilla, me cortó.
Tómate algo conmigo antes de que ardan las aceras,
de que la primavera acabe.
Y cuéntame que hiciste en este tiempo,
dime que estás bien.
Entremos aquí mismo
¿te casaste? No me digas...
Jefe, un par de cañas.
Confiesa que me buscaste entre los escombros,
en las ruinas del alma.

Dime que aún recuerdas el asiento de atrás del coche,
los mirones del parque,
césped en mis pantalones
y la certeza de sentir.

Mirabas siempre al sur, joven y hermosa.
Decías que tras la autopista me esperabas para huir.
Mirábamos al sur, no fui tan lejos
por no encontrar al otro lado las certezas que perdí.
Y esta claridad.

Yo sigo con mi lucha y mis canciones
y para morir joven ya soy viejo
-nunca fue mi afán-
que la vida iba en serio.
Ya te avisó un poeta, y como a mi,
hiciste bien, tampoco lo escuchaste.
Por eso te seguí hasta el precipicio,
y acaricié las luces de tu estambre.
Me dejaste la guerra, y los manojos de ortigas.
Te fuiste con mi aliento, con mis discos de Sabina
y la llave del porvenir.

La herrumbre de los años te respeta.
Otra cerveza. ¿Cómo que te vas?
Con las prisa de siempre, rubia, sigues igual!
Bueno, tienes razón, algo hemos cambiado.
Nos agotó el reloj.
Tú te cambiaste de tinte, yo cada día miento peor.
Te acompaño hasta el metro.
No, mujer, que no es molestia,
y si te faltan refuerzos: mi teléfono en tu agenda
y la certeza de sentir.

Mirabas siempre al sur, joven y hermosa.
Decías que tras la autopista me esperabas para huir.
Mirábamos al sur, no fui tan lejos
por no encontrar al otro lado las certezas que perdí.
Y esta claridad.
Y esta claridad...

El Vals de los Jubilados

Se levanta muy temprano con todo el día por delante.
Y da vueltas por la casa, estorbando en todas partes.
Se anuda al fin la corbata, en tiempos tan elegante.
Lo mismito que un pincel el viejo se echa a la calle.

Con el pan debajo el brazo visita todos los bares.
Tomás, ponnos unos tintos que invito a las amistades.
A voces arregla el mundo y a voces, aunque se pase,
pontifica de los toros, de la liga y del cante.

"Si las cosas, ya le digo, soplaran con otros aires,
y aquella maldita guerra como acabó no acabase,
ni aquí estaría yo ahora, ni usted. Y lo más probable
es que la tortilla misma la vuelta tendría que darse".

Y suspira con nostalgia de aquel que todo lo sabe.
Y una mirada a esa niña, que la edad no mata el hambre.
Hoy es día veintiocho y la pensión viene tarde.
"A los viejos, ya le digo, lo bailao no nos quita nadie".

Con un vinito en el cuerpo el viejo a su casa se abre.
Ella lo espera en la puerta. "Menudo cuerpo me traes".
Comen los dos en silencio. De vez en cuando una frase
rompe las cuatro paredes. "¿Decías algo?¿Me hablaste?".

Son tantos años de oírse que no saben escucharse.
"¿Sabes algo de los chicos?" "El mayor llamó ayer tarde".
Pasan el tiempo en silencio. Después de comer no salen.
Luego cenan y ven tele un ratito y a acostarse.

Si las cosas, es verdad, soplaran con otros aires.
Si la sombra del olvido con el tiempo no arrastrase
recuerdos que en este otoño dejan huérfano el paisaje,
otro gallo cantaría, quizá no sería tan tarde.

Y suspira con nostalgia de aquel que todo lo sabe.
Y una mirada a esa niña, que la edad no mata el hambre.
Hoy es día veintiocho y la pensión viene tarde
A los viejos, ya le digo, lo bailao no nos quita nadie



3 comments:

Amanda said...

Se me olvidó poner que son dos canciones, una vez más, del grande:
Ismael Serrano.

Una canción para un momento exacto.
Los que lo han sentido, sabrán de lo que hablo...
El resto, aprenderá escuchando al trovador, que es sabe decirlo, por lo menos mejor que yo.

charles said...

me encanta la de los jubilados; además es muy entrete cuando canta su padre

Ricardo Semper Trilles said...

Qué grande Ismael Serrano... Qué grande.

Muy buen post con todas estas letras juntas dándole (o quitandole) sentido a este mundo.

Gracias.