Son momentos que quedan, sólo con aquellos que tienen que quedar
y el recuerdo de los que algún día decidieron partir...
Tras el humo de mil cigarros
fumados con los años y el tiempo que no pasa en vano
se reencuentra de pronto un pasado compartido
en los ojos de cada uno de nosotros
que sigue con el mismo abrazo latente
Ya no somos los mismos,
y tampoco pretendemos serlo.
El tiempo y su desgarro ha dejado huellas innombrables
y entre ellas la ausencia (y presencia inagotable) de aquellos que no se olvidan.
No se trata de pretender que somos los mismos,
no es un juego de apariencias engañosas que nos acorralen con palabrería y recuerdos.
Se trata de un reencuentro,
después de tanto tiempo y desliz en las sonrisas y las canciones.
No vinimos a mentirnos,
sino a reconciliarnos
y dejar que el tiempo evidencie
que seguimos siendo los mismos,
con más heridas e historias,
quizás con menos ganas de soñar,
pero los mismos (amigos) al fin y al cabo
con un mismo pasado compartido
y un mismo futuro por compartir...